Aponte el nuevo Marco Polo no convenció a los chinos.
La P3 calibró mal el sentimiento chino y los vientos de cambio en el comercio mundial.
Se temía lo peor. Había tensión.
Pasquale Formisano, el director general de MSC, se expresaba a este medio hace dos semanas en Valencia de forma agresiva, “los chinos obtendrán cero contrapartidas de la P3”, decía en medio de la negociación. Mientras que su jefe y dueño de MSC, Aponte, estaba en Beijing hablando con las autoridades chinas, en un intento in extremis de salvar la alianza, en la que MSC tenía cifrada sus esperanzas, incluso mas que Maersk, y ya se apreciaban las dificultades. Y eso que Aponte ha tenido siempre buenas relaciones con los chinos, casi se puede decir que contribuyó decisivamente a romper el monopolio de Maersk que aunque danesa esta muy cercana a los EEUU en el comercio de china. La rapidísima expansión de MSC solo se puede explicar por ello y por unas fuentes de financiación que bien podrían haber sido chinas.
Ha resultado que los chinos, han reaccionado muy mal a las presiones.
Sin embargo la geoestrategia jugaba en contra de las navieras de la alianza P3 las europeas Maersk, MSC y CMA-CGA.
El varapalo ha sido fuerte porque Maersk se ha apresurado a plegar velas y ha declarado “que siempre han contribuido al bienestar del comercio exterior chino”. Doliéndose de la decisión china que ha debido ir más allá de la simple negativa. Los chinos son muy agresivos y cuando hay algo que no les conviene y que creen que es una agresión de los intereses occidentales como veían esta alianza suelen expresarse en términos rotundos que no dejan lugar a dudas que no les gustaba el planteamiento ni un pelo. Ante ello, Maersk ha decido no luchar para nada y acatar la decisión china y suavizarloa al máximo.
Maersk ha declarado sin ambages que la decisión les ha sorprendido, no habían calibrado a los chino. No preveían que los chinos impidiesen la alianza cuando no tienen todavía intereses navieros sólidos en juego.
Sin embargo la alianza de los 5 operadores asiáticos liderada por Cosco la principal compañía china la CKYHE avisa de que los asiáticos quieren jugar un papel en el mundo naval, eso aún sin tener una flota de navieros portacontenedores suficiente para hacer frente a las navieras europeas.
Los asiáticos y los árabes del Golfo Pérsico, la UASC, que puede que pronto quieran jugar un papel con los triple E que tienen encargados.
Sin embargo, como Formisano admitía hace dos semanas, en dos años podrían tener una flota de supercontenedores triple fabricados por coreanos y taiwaneses similar a la que puede ofrecer hoy Maersk o MSC.
Pero la alianza P3 con el respaldo de EEUU y Europa pensaba que los chinos en este momento no se arriesgarían a mucho más y admitirían una alianza que habían vendido los europeos como suave y mantenedora de los intereses chinos en su comercio mundial. Ha sorprendido a todos que los chinos no comprasen tiempo pero son conscientes de su fuerza inmensa, y orgullosos.
El nuevo Marco Polo, Aponte esta vez no les ha logrado vender su nueva idea de ruta de la seda, como entonces el imperio chino ha querido que trabajase para ellos solo no con los americanos que apoyan a Maersk.
Pensaban los europeos que los chinos interesados en mantener su comercio internacional muy dependiente de las exportaciones no se atreverían a poner ningún obstáculo a la alianza siempre que la vendieran como la fórmula de mantener los precios por contenedor movido estables y contenidos.
Una situación que vendían como buena para todos. Pero sin embargo, los chinos han debido de ver que no obtenían mucho a cambio y que la alianza podría mantener los precios de los fletes ahora contenidos pero dañar irreversiblemente la competencia en el mar con las otras dos alianzas la G6 que incluye a la alemana Hapag y a la CKYHE de los cinco navieros asiáticos.
Evidentemente a los chinos les ha parecido que una cuota combinada entre Maersk y MSC que ya llega al30% más la de CMA CGA era demasiado para mantener una alianza en el mercado mucho más allá de las simples conferencias marítimas que mantienen acuerdos más livianos.
La alianza P3 había ido demasiado lejos con sus planes para mover más de 250 buques de forma coordinada. En efecto sería la dominación del tráfico marítimo entre Asia-Europa y entre Asia y EEUUpara una alianza de europeos defendida por las autoridades norteamericanas. A pesar de la muy favorables condiciones que la P3 parecía aportar a China, estos se han negado. Ni favorece a ninguna naviera china ni asiática sino todo lo contrario y habría hecho que cerca del 40% de la cuota del mercado se concentrase en una sola alianza.
Además Maersk que sí que desvela sus cuentas de resultados a diferencia de la opaca MSC con sede en Suiza habría tenido un récord de beneficios doblando los anteriores, y por tanto, no parecía muy creíble la argumentación de que necesitaba la P3, para evitar una crisis entre las navieras que pudiesen poner en peligro la oferta en el mercado.
Aunque los presupuestos para este año no parece que vayan a ser dañados, la mejor muestra es la caída inmediata en la bolsa de Maersk y de otras grandes navieras.
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