La crisis económica ha obligado al fabricante de carrocerías a tomar esta medida tras fracasar los intentos para revertir su delicada situación durante los últimos meses.

El concurso de acreedores también afectará a toda su plantilla, que lleva más de tres mes sin cobrar, según ha informado el Periódico de Aragón. Leciñena quedará en manos de la administración concursal y en las próximas semanas se conocerá su futuro. El abanico de posibilidades va desde la venta hasta la reducción drástica de su estructura pasando por la incorporación de socio que aportase capital. El consejero de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, ha lamentado la situación que atraviesa la empresa aunque ha asegurado que le consta que tiene voluntad de “seguir”, y por eso utiliza un concurso de acreedores. Aliaga ha apuntado que desde 2009 el Gobierno de Aragón ha estado pendiente de la situación de la empresa, cuyos propietarios “han puesto todo su patrimonio” para intentar que continuara abierta, pero “llega un momento en que la única solución que queda es la que prevé la legislación mercantil”.