El deshielo de parte del Ártico en verano no solo tiene consecuencias medioambientales, sino también un fuerte impacto económico y comercial. Uno de los cambios más perceptibles vendría dado por la navegabilidad del Estrecho de Bering entre julio y noviembre. China, uno de los principales mercados a nivel mundial, ha aprovechado esta nueva ruta para su tráfico de mercancías hacia Europa, en lugar del habitual, consistente en bajar hasta el Océano Índico y entrar a través del Canal de Suez, con lo que realiza las descargas en el puerto de Valencia, el principal perjudicado con este cambio, según el portal Valencia Plaza. El mercado chino ha utilizado este nuevo trayecto como tanteo, aunque ha sido una éxito para la naviera Cosco, que ha completado su primer viaje hacia Rotterdam (Holanda) en 33 días, frente a los 48 habituales. Debido a este cambio, el Corredor Mediterráneo se halla en entredicho, ya que la descarga en el puerto holandés de Rotterdam permite acceder directamente al centro del continente, lo cual implica un ahorro de los costes de desplazamiento de las mercancías desde Valencia. Si el cambio en las rutas del gigante asiático es irreversible, el puerto de Valencia sufriría un gran golpe, pues ahora mismo la gestión de mercancías con China supone más del 10% de su tráfico total. Además, aquellas cargas que viajan hacia América también podrían usar Rotterdam, con lo que el impacto en el puerto valenciano podría ser aún mayor. www.maycarr.es]]>