De momento, se han recuperado 25 máquinas, que alcanzan un precio de 1,2 millones de euros, aunque se están investigando otras 100 Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, en una operación conjunta que se ha prolongado durante el último año y medio, han detenido a un total de 47 personas integrantes de la mayor trama internacional conocida en los últimos años dedicada al tráfico fraudulento de maquinaria para la construcción de obra pública y civil. Se trata de retroescavadoras, plataformas elevadoras, grupos electrógenos o martillos hidráulicos, según han hecho saber en rueda de prensa el comandante Juan María Martínez Castillo, jefe de la Policía Judicial e Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia, acompañado por la inspectora Clara Blanco, portavoz de la Policía Nacional de Alicante. La operación policial comenzó en agosto de 2011, cuando la Guardia Civil y la Policía Nacional detectaron un repunte de denuncias de sustracciones, apropiaciones indebidas y desapariciones de maquinaria pesada por toda España. En concreto, la Benemérita detectó la ocurrencia de sustracciones de maquinaria de obra pública previamente alquilada en varios concesionarios del ramo en lugares tan dispares como Villarrobledo (Albacete), Albacete, Jaén, Peligros (Granada), Molina de Segura (Murcia), Daimiel (Ciudad Real), Seseña (Toledo), Almazora (Castellón) y Ciempozuelos (Madrid). Ante tal oleada de hechos similares, la Guardia Civil y la Policía Nacional comenzaron a trabajar conjuntamente para analizar detalladamente las circunstancias de cada caso, llegando a la conclusión de que no se trataba de hechos aislados y casuales, sino que todo obedecía a un plan “previamente diseñado”. En concreto, la Guardia Civil y la Policía Nacional advirtieron elementos comunes tanto en la sustracción como en los lugares de ocultación, los periodos de alquiler, el modo de alquilarlas y las modificaciones realizadas en cada una de las máquinas que pudieron ser recuperadas. MODUS OPERANDI Los integrantes de esta organización criminal obtenían inicialmente a través de Internet datos de las empresas dedicadas al alquiler de este tipo de maquinaria con una solvencia sobradamente acreditada. Estos datos reales eran aprovechados por los delincuentes para suplantar sus identidades con el fin de alquilar las máquinas a través de la red. Posteriormente, los responsables de la organización delictiva conseguían ganarse la confianza de las empresas alquiladoras mediante depósitos de dinero y realizando alquileres empleando en todo momento documentaciones falsificadas. Los delincuentes se aprovechaban de la forma habitual de trabajar de las empresas alquiladoras, que muchas veces no precisan que una persona física se persone en sus instalaciones para llevarse la maquinaria, sino que los clientes suelen pedir que las máquinas se depositen en un determinado lugar y a una hora concreta porque no tienen opción de ir a recogerlas. Una vez hecha la transacción, los delincuentes acudían al lugar establecido y subían la maquinaria a bordo de vehículos acondicionados o en el interior camiones frigoríficos, lo que les permitía pasar desapercibidos y ocultar los objetos sustraídos a la vista. Con este procedimiento, los delincuentes podían transportar las máquinas a lugares lejanos donde tenían la infraestructuras suficiente para alterar sus características externas. Dependiendo del destino que se fuera a dar a estas máquinas, los responsables llegaban a retroquelar determinados números de identificación. El comandante Martínez insiste en que “muy poca gente” conoce dónde se pueden encontrar estos números de identificación, puesto que cada maquinaria es completamente diferente. Los delincuentes podían sustraer la maquinaria previo encargo, de forma que ya tenían un cliente receptador de cualquier punto del territorio nacional o de un país tercero como, por ejemplo, Mauritania, Marruecos, Italia, Alemania, Holanda, Irak, Irán o Arabia Saudí, entre otros. El comandante Martínez explica que las sustracciones de esta maquinaria superaba el 700 por ciento el valor inicial que los delincuentes habían depositado inicialmente con el fin de ganarse la confianza de los alquiladores. SALDO DE LAS OPERACIONES De momento, han sido recuperadas un total de 25 máquinas sustraídas o apropiadas ilegalmente en diversas partes del territorio nacional y cuyo valor supera los 1,2 millones de euros. No obstante, en el transcurso de la operación han sido intervenidas más de un centenar de máquinas cuyo origen ilícito está siendo investigado todavía, y que tendrían un valor medio de unos 40.000 euros cada una. El destino de las máquinas era la venta en otras partes del territorio nacional, o su venta y exportación ilegal a países norteafricanos o de Oriente Medio. En concreto, la maquinaria era extraída por los puertos de Valencia, Algeciras, Cartagena, Almería y Toulon (Francia). En total, en el marco de esta operación han sido detenidas o imputadas 47 personas, todas ellas españolas salvo ocho extranjeros procedentes de Marruecos, Mauritania, Holanda, Alemania y Rumania. Las edades de los arrestados se encuentran entre los 22 y los 62 años, aunque los principales responsables contaban con unos 49 ó 50 años. A todos los detenidos se les han imputado principalmente el delito de integración en organización criminal, así como los de estafa, apropiación indebida, falsedad documental, usurpación de personalidad, alzamiento de bienes, hurto y, en algunos casos, robos con fuerza. La investigación de blanqueo de capitales también lleva su curso, y los agentes esperan que dé sus frutos. LAS CINCO FASES DE LA OPERACIÓN La operación se ha dividido en cinco fases. La primera de ellas, que se desarrolló en mayo de 2012, se denominó ‘Góndola’ y dio como resultado la detención de siete personas, la recuperación de ocho máquinas y diversos registros en las provincias de Murcia y Albacete. En este caso, la operación fue iniciada por la Guardia Civil de Murcia, que dio la voz de alarma. Los cabecillas del grupo se encontraban radicados en la pedanía murciana de Casillas, donde disponían de una nave donde transformaban la maquinaria. En el mismo mes de mayo se llevó a cabo la segunda fase, denominada ‘Kayak’, en la que hubo cinco detenidos, dos de ellos rumanos, y cuya base de operaciones estaba en Madrid. La tercera fase denominada ‘Icarus’, se explotó en octubre de 2012 y se saldó con 15 detenidos, todos ellos de la Región de Murcia, y se intervinieron 100 máquinas a una empresa que tenía un comercio lícito como tapadera, puesto que había conseguido más ingresos con esta modalidad delictiva. La cuarta fase, llamada ‘Arreake’, también se desarrolló en octubre en Murcia, y se saldó con cuatro detenidos, dos de ellos holandeses. En este caso, se intervinieron cinco máquinas que tenían como destino Holanda, donde iban a ser exportadas de nuevo a Irán. Precisamente en el mes de octubre, se dio la circunstancia de que algunos de los detenidos en la primera fase fueron puestos en libertad provisional tras cumplirse los meses que legalmente pueden estar en prisión preventiva. Paralelamente, la Guardia Civil y la Policía Nacional comenzaron a detectar un repunte de denuncias y sustracciones que se había producido un año atrás. Los investigadores averiguaron rápidamente que eran los primeros detenidos quienes habían vuelto a reorganizarse para dar continuidad a los delitos. En este sentido, en diciembre de 2012 se produjo la quinta y última fase de la operación, denominada ‘Retorno’. En esta ocasión fueron detenidas 16 personas y fueron recuperadas siete máquinas de las 11 que consiguieron sustraer. Con este operativo, la Guardia Civil y la Policía Nacional dan por “totalmente desarticulada” la trama, aunque la operación sigue abierta y se esperan más detenciones en el futuro.]]>