A las nueve de la mañana Mercamadrid está de resaca. Desde las 03:30, miles de trabajadores han estado entrando y saliendo de las naves con alimentos frescos de todo tipo para hacerlos llegar a tiendas, supermercados, bares y restaurantes de toda España. En el puesto 5 de la Nave plátanos aún quedan decenas de trabajadores del Grupo Riego que transportan hacia el exterior e interior de la nave cajas llenas de fruta y hortalizas. De los 25 tipos de fruta que distribuye esta empresa familiar, destaca el plátano de La Palma, un producto que supone más de la mitad de sus ventas. Su CEO, José Riego, reconoce que ha bajado la comercialización al por mayor desde que empezaron las erupciones volcánicas en La Palma y apunta a que los proveedores locales con los que llevan trabajando décadas lo están pasando mal. Riego opina que iniciativas solidarias como la que llevan a cabo empresas como el Grupo Infical “son valientes y de admirar”.
Mientras José Riego explica los procesos de maduración que realizan con el producto antes de enviarlos a los clientes que tienen repartidos por todo el territorio nacional, una furgoneta de Ficara y otra de Alcamar, empresas del sector de las carretillas elevadoras y plataformas aéreas y pertenecientes a Grupo Infical, se llenan con una tonelada plátanos de Cupalma, una cooperativa formada por más de 2.600 pequeños agricultores de La Palma. Los trabajadores del grupo con sede en Madrid, Ángel Rivera e Israel Pilco, son los responsables de repartir durante toda la jornada bolsas de plátanos entre diversas entidades sociales de la capital y de otras poblaciones, así como entre los propios empleados de la compañía y a algunos clientes.
Una de estas entidades del tercer sector es el Banco de Alimentos de Pinto. Es miércoles, día de reparto de cajas de alimentos no perecederos entre las personas que más lo necesitan. Ángel deja seis cajas de plátanos e, inmediatamente, los voluntarios y trabajadores del ayuntamiento de la localidad madrileña los van incluyendo en las bolsas que se llevan los ciudadanos citados hoy -en total, este banco de alimentos ayuda a cerca de 100 familias-.
Desde allí, la furgoneta que conduce el mecánico de Ficara se dirige hasta la sede en Getafe de la Asociación de Padres y Amigos de Niños Diferentes de Getafe, Comunidad de Madrid y Territorio Nacional (APANID). Esta entidad, fundada en 1986 con el propósito de apoyar el desarrollo de las personas con discapacidad intelectual y a sus familias, cuenta con más de 1.200 plazas. Los 150 kilos de plátanos de La Palma formarán parte del menú de desayuno, merienda o cena de los cientos de jóvenes que están en el centro residencial y de día. Juan Agudo Villa, director general de APANID, comenta que la iniciativa de Grupo Infical le parece “fabulosa”, tanto por el impacto que genera en la economía de la isla como en que los consumidores de los plátanos son personas que necesitan ayuda.
Además del Banco de Alimentos de Pinto y de APANID, la Fundación Altius, la Obra Social Cachito de Cielo y las parroquias de Santa María Micaela y San Enrique y de Nuestra Señora de la Purificación (a través de Cáritas) también reciben a lo largo de la mañana kilos de plátanos de la mano de Israel, técnico de Alcamar. Por su parte, Ángel recorre los kilómetros que separan Getafe de Valdemoro, la siguiente localidad a la que llega para entregar seis cajas al colegio Valle del Miro.
Las verjas de este centro educativo madrileño, en el que estudian 2.600 alumnos, están empapeladas con dibujos dedicados a los ciudadanos de La Palma. Desde que comenzó la erupción, en el colegio han realizado muchas actividades para concienciar a los alumnos sobre la catástrofe natural que viven en la isla canaria: los dibujos los realizaron durante ‘La semana de La Palma’ y, en esas fechas, también recaudaron más de 1.000 euros destinados al Cabildo Insular de La Palma gracias a la compra de plátanos -cada unidad, un euro- por parte de los estudiantes. “Hay más solidaridad de la que creemos cuando ocurren desgracias de este tipo”, señala Julia Rubio, directora del centro.
La mañana de reparto de Ángel concluye en la nave de las instalaciones que tiene Ficara en Pinto. Allí, el director de comunicación del Grupo Infical, Jorge Olalla, entrega a Beatriz Domínguez, responsable de prevención y coordinación de actividades empresariales, una bolsa con diez unidades de plátanos. Domínguez lo agradece y se muestra especialmente sensibilizada puesto que es de Canarias, concretamente de Tenerife. “Conozco a familias que han perdido sus casas y que lo están pasando muy mal. Por eso, animo a todos a que compremos plátanos de La Palma, que es una forma sencilla de ayudar”, enfatiza la trabajadora.
Y la red solidaria no finaliza aquí, sino que otros compañeros de Ángel e Israel han entregado a uno de los clientes de la compañía una donación de plátanos de La Palma, tal y como hizo el Grupo Infical durante el reparto de la primera tonelada con motivo de la puesta en marcha la acción solidaria ‘Todos somos La Palma’. En este caso, el cliente es ÍTACA, una empresa de Valdemoro que ha aumentado su flota de máquinas UNICARRIERS con nueve unidades más. Los operarios del almacén de esta empresa son los que podrán degustar el producto estrella de la isla canaria.
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