La autorización para la circulación de los llamados megacamiones debería llegar antes de agosto.
Así lo espera la Dirección General de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento. Dentro del acuerdo con las asociaciones de transportistas, a cambio de no implantar las 44 toneladas y de frenar los ensayos que estaba realizando Cataluña y que concluyen en septiembre, se daría el visto bueno a conjuntos de 25,25, de forma regulada y atendiendo a solicitudes de caso a caso.
Las autorizaciones, según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Ministerio de Fomento, serían similares a las que se otorgan para los transportes especiales pero -en este caso- permitiendo la circulación de estos transportes con carga divisible, cosa que los distinguiría de los transportes especiales puros -donde las cargas suelen ser indivisibles- y formar un conjunto que motiva su autorización de transporte especial, como una gran pieza de cosntrucción.
Las autorizaciones se darían para estos conjuntos de 25,25 con cierta facilidad administrativa, siempre que fuesen entre orígenes y destinos concretos que fuesen autorizados por la DGT como oportunos para hacer estos ensayos, sin que molestasen al tráfico.
La industria ya está haciendo cábalas y proyectos sobre cómo podría utilizar estos conjuntos de 25,25.
Para la industria de la automoción se abre también una oportunidad que consideran muy positiva para el movimiento de piezas y componentes y también de vehículos terminados en las múltiples lanzaderas que suelen tener entre centros de producción. El problema sin embargo está en que estos conjuntos de 25,25 metros sólo podrían operar dentro del territorio nacional y no podrían atravesar la frontera francesa. En cualquier caso la industria de la automoción cree que podría hacer muy buen uso de ellos, utilizándolos tanto para piezas como para vehículos terminados. De hecho, para vehículos terminados -aunque ya se permiten operar conjuntos de rígido más trailer de 20 metros de largo- cinco metros más significarían poder llevar dos automóviles más por cada viaje.
Además se podrían utilizar con una pequeña transformación conjuntos ya actuales de rígido más remolque que se acercarían a esta cifra de 25 metros sin necesidad de adquirir nuevas unidades fabricadas ex profeso.
Sin embargo, los transportistas en cuestión plantean dos quejas habituales: la primera, que no pueden pasar de un país, disminuyendo su interés para recorridos a larga distancia, y en segundo lugar la remuneración que puedan obtener de los cargadores.
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