Fracasa el gobierno, los sindicatos y las patronales Es cierto que la competitividad de las empresas españolas y de los trabajadores españoles ha crecido en los últimos tres años, pero esto se debe, en primer lugar, a que la productividad es una ecuación de producción dividida por empleados y las empresas españolas han soportado sangrantes y sangrientas reducciones de personal. La productividad también ha crecido como se ve en el descenso del absentismo por que la fuerza laboral se la ha acongojado poniendo la economía nacional al borde de la quiebra. De una y otra cosa no se puede sentir orgulloso el gobierno. Pero los sindicatos y las patronales españolas tampoco han estado a la altura. Hoy decaen miles de convenios en España y el gobierno, patronales y sindicatos han dejado a las empresa y los trabajadores a que resuelvan el conflicto y la crisis uno a uno. Y eso es lo que va a pasar de la crisis vamos a salir a pesar del gobierno, las patronales y los sindicatos. La tan cacareada mejora en la competitividad ha venido de la mano de reducciones de personal traumáticas para empresarios y trabajadores que se iniciaron con importantes indemnizaciones hace años, y que ahora son por la mitad de lo que había antes. En cuanto a los trabajadores españoles, estos han mejorado su productividad en términos de producción/día o semana por varios motivos, primero y en primer lugar por la conciencia de que el mundo está cambiando y que no puede estar uno de brazos cruzados, o no ayudando a que la productividad sea la que debe de ser. En segundo lugar, por el temor a ser los primeros en encabezar una reducción de plantilla, un expediente de regulación de empleo temporal o extintivo. Estos dos hechos son los que han facilitado la mejora de productividad de las empresas, no la Reforma Laboral tan mal perpetrada por la ministra Báñez hace un año y que tanto se vende. Ahora esa Reforma Laboral llega a su prueba de fuego con la pérdida de vigencia de los convenios, que forzará a renovar las condiciones laborales de los trabajadores. La mayoría, podría decirse el 99% de los trabajadores en España, se rigen por convenios colectivos que fijan normas, salarios, complementos y jornadas, muy mejoradas con respecto a los Estatutos de los Trabajadores. Esa negociación colectiva que anunció el Real Decreto de la Reforma Laboral hace un año, no se ha dado durante este año, por mucho que la ministra de Trabajo divulgue las bondades de la Reforma Laboral, esa negociación colectiva nueva no se ha dado salvo en unos pocos lugares. En el sector del transporte es verdad que se han cerrado muchos convenios provinciales, en aquellos lugares con unas condiciones particulares ventajosas, como lugares donde hay bajas dietas, complementos o no hay antigüedad, y el empresariado ha preferido firmar pequeños aumentos de salarios y mantener la paz social, de unos convenios que algunas veces están el 25 ó 30% y algunas veces el 40% por debajo de otros convenios provinciales en España, lo que sí ha habido son muchos más convenios de empresa que, en eso sí, la Reforma Laboral, al permitirlos y dar preferencias sobre los convenios provinciales, nacionales o regionales, facilitaban la puesta de acuerdo entre trabajadores y empresa. Pero aunque se aduzca el número de convenios de empresas firmados como un éxito de la Reforma Laboral eso no es tal, ya que muchos convenios de empresa, primero, se han producido en empresas con graves crisis y además son de muy heterogéneo resultado, es decir, nos encontramos convenios de empresa que han pactado en medio de la crisis aumentos salariales, a cambio de admitir expedientes de regulación o cierto número de despidos objetivos, pero siempre animados por situaciones coyunturales y particulares de cada empresa, en general no se ha dado esa revolución de la negociación colectiva y social que requiere este nuevo marco post-crisis económica, en general las empresas se han descolgado de los convenios todavía vigentes o vigentes hasta el 8 de julio, con convenios de empresa propia pero sin grandes avances que se supusiese para la productividad, salvo para resolver situaciones puntuales. No se ha dado por tanto en España durante este año esa negociación colectiva, que acercase nuestro sistema productivo al sistema productivo alemán. Por eso hay tantas dificultades en firmar convenios nacionales, acuerdos generales, acuerdos marcos o convenios más allá de los provinciales, ¿por qué? Porque sindicatos y patronales no se han puesto el chip como se lo pusieron en Alemania hace 25 años. Una evidencia de la falta de acuerdo salvo en algunos casos concretos es que todavía las patronales que se han puesto a pedir, que no son muchas porque no tenían claro que hacer, todavía están pidiendo categorías inferiores, para poder dar entrada a trabajadores nuevos con salarios que se acercasen a los minijobs alemanes. Pero esto no se ha podido formular bien por que el gobierno que está en lo politicamente correcto siempre le da alergia este tema que resolvió parte del paro en Alemania. Aparte las patronales de transporte y logística no han ido directamente al grano en estos asuntos y no todas han puesto encima de la mesa una plataforma, los sindicatos han lanzado negativas rotundas a contemplar asuntos de este tipo, mezclándolos con agendas internas de sus estructuras sindicales como las patronales a la hora de negociar, problema de representatividad, diferencia entre los sindicatos mayoritarios y entre las patronales lo han obstaculizado. No se sabe si hoy el 8 de Julio dará paso a un proceso mejor de acercamiento entre las partes que el que ahora se ha dado o aparecerá el desorden y la firma de convenios en algunos casos guiados por intereses concretos, particulares y localistas. Por Armando Estrada Editor LyT, Ingeniero de Caminos por la Escuela de Madrid, Ingeniero Civil por el Imperial College de Lóndres, ACGI, PDD, y miembro del Colegio de Periodistas de Madrid, de la APM y de la F.A.P.E www.maycarr.es]]>